miércoles, 23 de marzo de 2005

EDITORIAL 330

Semana ¿Santa?
Como hay santos de altar y perros de atar, algunos dividen a los santos en santos de altar y santos de atar. Desde esta división, ¿dónde ubicamos a la Semana Santa?.
Pienso que el creyente de nuestros días, consciente de que el ambiente de la Semana Santa es pagano (de atar), debe preguntarse cómo crear un microclima para que realmente ella lo santifique, es decir, lo una Dios (que sea de altar).
Los que hemos vivido al menos medio siglo, recordamos que hasta no hace mucho las radios pasaban en este tiempo música clásica -otra cosa habría sido un atrevimiento-, y hasta hace unos pocos lustros a ningún canal se le habría ocurrido poner películas escabrosas.
Se sabe que el día de Ramos se reunía a las mujeres de cascos ligeros y se les daba una plática motivándolas a vivir piadosamente (de allí el término "rameras"). Como vemos, siempre fue menester tomar aquellas medidas que el buen sentido indicaba prudentes.
Actualmente, el cometido, para muchos, es transformar esta dificultad en oportunidad. El feriado de estos días ha llevado a que la Semana Mayor de los cristianos se transforme en una especie de semana de turismo. Hasta cierto punto, si la elección del lugar ha sido acertada, estar lejos permite hacer un "retiro", retirarse de lo cotidiano y establecer pautas y actividades más serenas, más interiores, organizarse en lecturas, horarios de culto, visitas, programas de TV, o lo que sería apropiado alquilar un video y ver nuevamente la película sobre la Pasión, que el año pasado tuvo un impacto que fue más allá de lo previsible e imaginable.
En este punto puede sernos valiosísimo el hecho de constatar nuestra sensibilidad. Si hemos hecho de la Cruz algo insignificante, que nada le dice a nuestra vida, o si por el contrario, meditando centímetro a centímetro el misterio de la Cruz descubrimos renovada y diariamente, y mucho más en Semana Santa, el amor infinito de Dios y el peso infinito de la ingratitud y tradición de nuestros pecados.
¿Nos moverá, nos conmoverá el mensaje de la Cruz?.
Pbro. Juan E. Aranu

El ABC de la Pascua
A) El Señor ha resucitado, es decir ha salido del sepulcro y ha comenzado una nueva vida. El Sr. Juan Pérez, cualquiera de nosotros, ha resucitado, es decir ha salido del encierro de su egoísmo y ha comenzado una nueva vida.
B) El Señor ha resucitado verdaderamente, no en apariencia como Samuel ni por algún tiempo como Lázaro. El Sr. Juan Pérez, cualquiera de nosotros, ha cambiado de una vida tibia a una fervorosa, firme y ¡CONSTANTE en el buen obrar!!.
C) El Señor ha resucitado y se le ha aparecido a Pedro y los Apóstoles. La Resurrección es visible. El Sr. Juan Pérez, cualquiera de nosotros, que ha resucitado espiritualmente debe mostrarlo a los ojos de los demás. Es necesario que el cambio sea bien visible.
Es el deseo de Editorial La Verdad Funense que estos valores de la Pascua de Resurrección sean vividos por todos para que realmente alcancen la felicidad por eso les deseamos.¡Felices Pascuas!!!

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