¡Buen día! Desde hace algún tiempo, un conjunto de pruebas sanguíneas permite detectar el "síndrome de Down" en los bebés mucho antes de nacer. Naturalmente, un descubrimiento así puede considerarse una verdadera conquista de la ciencia. Lo malo es que no faltan voces que aprovechan este avance para decidir la muerte del bebé en el vientre de su madre. Incluso se están multiplicando voces que sugieren la "conveniencia" de interrumpir el embarazo, para que el niño y la familia no tengan que cargar con semejante "peso".
En mi familia tengo un primo hermano mogólico, se llama Delmiro, pero todos los apodamos cariñosamente El Nene, a pesar de cuarenta y tanto años cumplidos. Al nacer en una humilde familia campesina – creyente y practicante – su llegada fue sorpresa. No existía aparente razón alguna para que, justamente ese niño, naciera con el temido síndrome de Down.
Mis tíos Domingo y Luisa, padres del chico, no obstante su dolor al enterarse, pensaron enseguida que debían recibirlo con el mismo amor que aceptaron la llegada de los otros hijos normales.
El niño fue creciendo, con el cariño especial de toda la familia, la vida campesina, por lo demás, siendo más natural, menos estresante, con mayores horizontes – también literalmente hablando – permite un desarrollo más normal a cualquier niño con ese tipo de problemas. Buscar los animales en el campo, montar a caballo, acarrear agua, jugar a los mil juegos que los chicos saben inventar, fue para el Nene permanente estímulo de crecimiento.
Tenía cerca de 30 años cuando iba en el sulky, acompañando a su padre al pueblo. Don Domingo que manejaba sufre un infarto,..El Nene lo levanta, lo acomoda entre sus rodillas, toma las riendas y lo lleva para que lo curen…pensando en un desmayo. Peor su padre ya estaba muerto. El Nene fue el único que estuvo junto a él en el momento de su partida.
sábado, 11 de julio de 2009
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