¡Buen día! Tal vez usted conozca la vieja frase de san Pablo: "Cuiden mucho su conducta no procedan como necios, sino como personas sensatas que saben aprovechar bien el momento presente, porque estos tiempos son malos. No seas irresponsables, sino traten de saber cuál es la voluntad del Señor". Es una convocatoria a la buena conducta, a la sensatez, al realismo, a la responsabilidad. ¿Por qué? Porque estos tiempos son malos. Eran los tiempos de San Pablo, hace ya dos mil años, lo que desmiente la vieja idea que suelen usar los viejos: todo tiempo pasado fue mejor. En realidad, todos los tiempos son buenos y malos, porque tienen cosas buenas y malas. Algunos son más buenos que otros, y algunos más malos que otros. Pero nosotros solemos impresionarnos más de lo malo que de lo bueno, y esto ha pasado siempre. Por ello resulta reconfortante encontrarse con un librito como el René Trossero: Decálogo para vivir en tiempos malos.
Como anticipo le transcribo la formulación de diez pequeñas reglas a tener en cuenta, a las que usted podrá agregar las que desee:
1. Acepta la realidad.
2. Sufre con valor y con realismo.
3. Valora la situación como un desafío y una oportunidad.
4. Aprende a perder sin perderte a ti mismo.
5. Lucha con valentía y con inteligencia.
6. Reconoce y agradece lo que tienes.
7. Mira a los otros y ama a tus hermanos.
8. Espera con paciencia y con esperanza.
9. Perdona, si los hay, a los culpables de tus males.
10. Ora a tu Dios, si lo tienes".
Tal vez habría que inventar algún decálogo para vivir bien los tiempos buenos, lo que tal vez exige la sabiduría.
Los tiempos malos nos golpean; los buenos nos acarician.
Los tiempos malos nos recuerdan que estamos de paso; los buenos, que estamos llamados a hacer algo mejor.
Afrontar con sabiduría los tiempos malos es ya una manera de adelantar los buenos.
sábado, 18 de julio de 2009
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