Si bien este tema ya fue bastante tocado, no está demás volver sobre ciertos conceptos, debido a la diversidad de opiniones que recibo en mi comercio y los famosos "formadores de opinión" de los medios (tipo Canal Gourmet, entre otros).
La selección de vino adecuado para cada comida enfrenta a amantes del vino con los gastrónomos. Aunque sea el gusto personal el que mande en cada instancia, la experiencia aconseja en general, atribuir vinos suaves, ligeros, a las comidas poco grasas y suaves, y caldos robustos, con cuerpo y alto grado alcohólico a los platos más ricos en grasas, condimentos, sabores. De estos conceptos deriva la normal general de uso: tinto para las carnes rojas y ciertas blancas, y blanco para los pescados y mariscos (con algunas excepciones como la paella, que exige un tinto de mucho cuerpo y cierta acidez o los pescados de río, que piden tintos jóvenes).
Ah!, una cosa que me interesa resaltar es lo siguiente: casi siempre, viene gente a mi negocio y me pide un "vinito baratito" para cocinar. El cliente es el rey y quien decide, pero…, me voy a remitir a una regla general que a mi me parece que conviene respetar, y es la que dice de servir con el plato el vino que se haya utilizado en la preparación de la salsa, o el que se haya usado para guisar. No olvidemos que cuando utilizamos vino para cocinar, dicho vino es un ingrediente más (como la pimienta por ejemplo) y si los ingredientes no son de buena calidad, eso lo veremos reflejado en el éxito o no de una comida. Salud!!
Héctor Bolosin (MUNDO VINO)
sábado, 18 de julio de 2009
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