El matrimonio produce algunos inexplicables cambios en la relación con la familia de origen de ambos cónyuges, porque parece ser que cuando los vínculos eran difíciles y ya parecían agotados, luego del casamiento tienden a reanudarse .El problema no reside en el hecho de mantener los vínculos, ya que esto favorece la necesidad del sentimiento de pertenencia tanto de los padres como de los hijos; sino en pretender darle prioridad a esas relaciones en detrimento de la relación de pareja; o sea darle la razón a mamá o a papá e ignorar la opinión de la esposa o del marido.
La intimidad es una parte reservada, personalísima y muy importante de los asuntos, responsabilidades, o afectos, en este caso de la vida de una pareja.
Desalentar las conductas de ataque a la privacidad y abuso de confianza por ser sus hijos, no es fácil, pero se puede.
La mejor forma de resolver las dificultades de una pareja es hablando en terreno neutral, sin testigos, los dos solos, diciendo cada uno cómo se siente, siendo sinceros, y sin seguir las directivas de ninguna otra persona. Si de esta manera no logran solucionar sus problemas lo más indicado es consultar con un especialista, que es el más apto para ver la situación desde afuera.
Las personas que recurren a sus padres para resolver sus problemas no han podido cortar el cordón umbilical con ellos y se encuentran atados a su protección y apoyo.
Es necesario tomar las riendas de la propia vida y asumir el compromiso de tomar las decisiones que correspondan cuando se forma una familia, para disfrutar de ella sin necesitar bastones ocasionales que impidan el desarrollo de una vida propia.
Cuando una persona se casa o bien inicia una vida en común en forma estable con una pareja, es necesario que cambien sus prioridades.
El marido para la mujer y la esposa para el hombre junto a los hijos deberán estar en el primer lugar, luego, están los padres y hermanos de cada uno. Esta jerarquía permitirá una relación familiar óptima, evitando problemas tanto con los padres como con los hijos.
En muchas familias, es común que exista una jerarquía de roles equivocados, donde uno o ambos miembros de una pareja queda ligado a su familia de origen (sus propios padres y hermanos) en lugar de centrarse en su marido o mujer y sus hijos. Sería bueno en estos casos, intentar un cambio en nuestras prioridades o buscar ayuda para ver qué nos lleva a estar más conectados con el pasado que con nuestro presente y futuro.
Carolina B. Navas. Lic. en Psicología. Mat 4999.
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lunes, 23 de marzo de 2009
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