Es el dolor o molestia que se produce debido a un desgaste de la superficie dental o retracción del tejido gingival. La encía puede retraerse debido a la acumulación de sarro, inflamación por placa bacteriana o un cepillado incorrecto. Como las raíces no están preparadas para estar en el medio bucal sino cubiertas por la encia, cuando se consumen alimentos o líquidos fríos y calientes, dulces o ácidos e inclusive durante el cepillado dental, se percibe el dolor. Esta afección con frecuencia aparece y desaparece en diferentes momentos del día.
Otra de las causas de la retracción de las encías, pero acompañadas de un desgaste dentario, puede ser el bruxismo, o bien un excesivo cepillado dentario con cepillos muy duros que lastimen las encías y dejen expuestos los cuellos dentarios, generando así molestias y un aspecto estético muy desagradable.
Existen otras situaciones que pueden favorecer la aparición de sensibilidad dental como: limpiezas dentales, blanqueamientos dentales, retiro de ortodoncias, dietas ácidas, etc.
Los dientes sensibles generalmente pueden tratarse exitosamente. Se pueden aplicar barnices en el consultorio o bien se pueden prescribir geles o pastas dentales especiales y el uso de colutorios, buches o enjuagues bucales. Estos productos tienen acción desensibilizante (elimina la sensación de dolor) y efecto protector de dientes y encías (ayuda a prevenir la retracción gingival y la pérdida de esmalte).
Pregúntele a su odontólogo qué producto para dientes sensibles es el adecuado para usted.
Dra. Daniela González Mat. 4708/02
lunes, 23 de marzo de 2009
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